En primer lugar, ha de decir que es fascinante como repercute el movimiento en el cuerpo humano y como éste puede llegar a crear patología.
Los impactos en la rodilla provocan una serie de consecuencias que alteran el funcionamiento de esta articulación si las demandas a las que es sometida son superiores a la capacidad que tenga de recibir cargas y cierto estrés de manera repetitiva, ya sea por desacondicionamiento de la musculatura de la extremidad inferior o por un exceso de estrés mecánico por una falta de absorción de impacto, debido a disfunciones de movimiento que conlleven a provocar en la rodilla un estimulo superior a la tolerancia del individuo.
Por ello, si hablamos de la rodilla, no tiene sentido abordarla y entenderla como una región aislada y se debe tener en cuenta toda la extremidad inferior, tanto el pie como la cadera, las cuales son determinantes para que la rodilla reciba mayor o menor estrés. La rodilla se dispone en el medio de las dos y es una interfase de ambas. En consecuencia, el estudio de la rodilla va a venir muchas veces condicionado de las regiones vecinas y el impacto de las diferentes tareas o actividades a las que nos vemos sometidos en la vida diaria repercutirá de una manera u otra dependiendo de muchos factores.
Por esto, las consecuencias de los impactos que sufre la rodilla se darán en mayor o menor medida en esta articulación. Resulta imprescindible tenerlos en cuenta para evitar que se produzcan lesiones que terminen por afectar a las estructuras pasivas de la articulación como los ligamentos, capsula articular, meniscos, tendones o la articulación en sí: la femoropatelar o tibioperonea, acelerando el deterioro y degeneración de las mismas y provocando una artrosis precoz o provocando diversas patologías.
¿Cuáles son algunos de los factores que aumentan los impactos en la rodilla?
En este caso, estudiando y valorando la extremidad inferior, el impacto del pie y su capacidad de absorción va a tener repercusión en zonas suprayacentes: rodilla Las compensaciones adaptativas frente a disfunciones de movimiento pueden crear un exceso de estrés mecánico en diferentes tejidos, mayores a los que el tejido pudiera tolerar, creando cambios y daños estructurales, estímulos en los tejidos por factores de índole compresivos o de elongación que generan daños irritativos pudiendo originar nocicepción y por ende, dolor y molestias.
El funcionamiento de la cadera: en cuanto a movilidad y fuerza también es vital para atenuar impactos aberrantes en la rodilla. El trabajo de la musculatura profunda de la cadera en su función estabilizadora y locomotora es determinante.
El impacto repetitivo: es el que producen algunas actividades deportivas como el esquí, el baloncesto o el running. En todos los casos, la rodilla absorbe cada impacto de forma continua, y en este caso, un exceso del mismo sin una buena musculatura o supeditado a disfunciones de movimiento del pie, rodilla o cadera, va generando un desgaste prematuro en la rodilla provocando daños degenerativos y por ende, mayor predisposición a poder generar lesiones.
El exceso de peso: a mayor peso, más sobrecarga y más dificultad para caminar de forma normal. Es posible desarrollar artrosis y provocar la rotura del cartílago.
La falta de flexibilidad y de fuerza: esto provoca que los movimientos cambien, que se modifique la alineación de la espalda y la extremidad inferior y que se produzca una lesión. A nivel de la extremidad inferior, tanto las fuerzas ascendentes debido al impacto como las descendentes, debido a la gravedad deben ser distribuidas. Las disfunciones de movimiento, biomecánica y condición física juegan un papel determinante. La musculatura como estabilizador importante de la rodilla, sumado a su función en la locomoción y aplicación de fuerza es esencial. Además, es sabida la importancia de la fuerza, por ejemplo del cuádriceps, como determinante y predictor del nivel de independencia y calidad de vida. La sarcopenia, entendida como la pérdida de masa y función muscular, no sólo por disminución del tamaño sino también del número de fibras musculares, es altamente prevalente en el adulto mayor, que aparece también en pacientes con enfermedades crónicas. Por ello, entrenar la fuerza de la musculatura es un factor preventivo en salud y en la prevención de artrosis severas o desgastes y roturas meniscales que acaban siendo operadas con la aplicación de prótesis parciales o totales.
Un calzado poco recomendable que no tiene la capacidad suficiente para minimizar los impactos o que no se adecue al individuo.
Transitar o ejercitarse por una superficie demasiado dura que aumenta la tensión sobre la rodilla debido a las fuerzas ascendentes y el mayor impacto producido que son mayores en terrenos duros y la articulación sufre más estrés.
Consejos para proteger la rodilla frente a los impactos
Son varios y todos influyen en la consecución del objetivo más importante: prevenir las posibles lesiones que puedan producirse
Mejorar la capacidad de absorción: gracias al entrenamiento muscular y entrenamiento de mejora de rango de la diferentes articulaciones, nos da una ventana de oportunidades de reducir el estrés en la rodilla-
Antes de entrenar es imprescindible calentar muy bien la musculatura. El objetivo es conseguir que el tendón esté más rígido y capaz de amortiguar mejor los impactos. También que la musculatura esté preactivada para que la presión sobre la articulación sea la mínima posible.
Entrenar la musculatura de las extremidades inferiores de forma regular con un entrenamiento de fuerza. Especialmente, los cuádriceps, los glúteos y los isquiotibiales van a ser muy importantes. Incorporar a la rutina deportiva ejercicios destinados a aumentar la estabilidad de la rodilla y la fuerza de la extremidad inferior.
Controlar el peso corporal y llevar una dieta y estilo de vida saludable. A menos peso, menos trabajo para la rodilla.
Gestionar las cargas. No hay que excederse y tampoco es positivo llevar a cabo sesiones de entrenamiento demasiado largas o comenzar ciertas actividades nuevas sin tener una fase de adaptación.
En caso de sufrir dolores o una lesión, el inicio de un entrenamiento de fuerza junto a un trabajo aeróbico, con alternativas para reducir los impactos como la bicicleta estática o los ejercicios en la elíptica, en lugar de la cinta para correr puede ser una opción ya que no hay impacto y la rodilla sufre menos estrés mecánico.
Se recuerda que las lesiones en la rodilla pueden ser no modificables debido a los daños degenerativos y que provocan que la recuperación sea bastante complicada en ocasiones. Por ello, es siempre aconsejable seguir las recomendaciones arriba indicadas para evitar consecuencias imprevistas que terminen por alterar la funcionalidad de la pierna.
Como se ha indicado, los impactos en la rodilla pueden ser diversos y el estudio de la extremidad inferior, la condición física de cada individuo, la gestión de cargas, las capacidades y demandas de cada sujeto va a conllevar que una articulación tan esencial siga respondiendo a las necesidades de movilidad de cada persona.
En Fisioekin valoramos la capacidad funcional del sujeto, valoramos la biomecánica y la movilidad del cuerpo para poder hallar la causistica y origen del problema que pudiera estar originando compensaciones adaptativas, que a la larga puedan asociarse a patología.
En resumen, Fisioekin recomienda adaptar toda la extremidad inferior y no olvidar que la fuerza, la masa muscular y el entrenamiento de la misma va a resultar muy importante y más si las demandas a las que se somete a la pierna son de impacto y repetitivas. La terapia manual junto al trabajo activo y una prescripción de ejercicio adaptado a cada invidividuo es nuestra metodología de trabajo en la recuperación funcional de nuestros pacientes.
Que opinión te merece el correr casi sin amortiguación, casi descalzo?
Se supone que trabajan muchos más músculos de la pierna que con zapatillas, y esto sería algo positivo entiendo, pero a la vez hay más o menos impacto que con calzado?