La fisioterapia oncológica puede ayudar a los pacientes con cáncer a mejorar su estado físico y psicológico durante y después del tratamiento, así como a lograr una mayor calidad de descanso y sueño.
1. ¿Qué es la Fisioterapia oncológica?
La fisioterapia oncológica es una especialidad que se ocupa de la prevención, tratamiento y rehabilitación de los cambios en el movimiento y la función provocados por diversas
enfermedades o lesiones. Entre estas enfermedades se encuentra el cáncer, un grupo de
trastornos caracterizados por el crecimiento anormal y descontrolado de células en una parte del cuerpo.
2. Cifras del cáncer en Euskadi
En Euskadi, entre los años 2013 y 2017 se diagnosticaron 70.746 casos de cáncer, lo que
supone 14.150 nuevos casos al año (8.230 en hombres y 5.920 en las mujeres). Las
localizaciones más frecuentes del cáncer son de colon-recto que es la localización más
frecuente si medimos la incidencia de ambos sexos conjuntamente, mama (localización más frecuente en las mujeres), próstata (la más frecuente en hombres), y pulmón.
El cáncer puede afectar a cualquier órgano o tejido y provocar síntomas como dolor,
inflamación, fatiga, debilidad, pérdida de peso, anemia, náuseas, vómitos, dificultad para
respirar, sufra de confusión mental, etc. Estos síntomas pueden limitar la capacidad de
funcionamiento y la calidad de vida del paciente, así como aumentar el riesgo de
complicaciones como infección, coágulos sanguíneos, úlceras o fracturas.
3. ¿Cómo puede ayudar la fisioterapia a un paciente con cáncer?
La fisioterapia oncológica puede ayudar a los pacientes con cáncer a mejorar su estado físico y psicológico durante y después del tratamiento, así como a lograr una mayor calidad de descanso y sueño.
El objetivo de cualquier programa de ejercicio en salud y en cáncer es incidir sobre el
metabolismo.
¿Por qué?
Debemos comprender el cáncer como una enfermedad genética que no hereditaria,
caracterizada por una acumulación de mutaciones del ADN y la inestabilidad genómica que favorece la adquisición de mutaciones y la inflamación tumorigénica.
Este microambiente inflamatorio puede producir factores que favorecen el crecimiento del
tumor.
Entender el cáncer como una enfermedad metabólica nos da la oportunidad de aumentar las posibilidades de recuperación y luchar contra la enfermedad.
Si entendemos el cáncer como una enfermedad con un metabolismo alterado y aberrante
donde el ejercicio puede modularlo, entenderemos que tenemos en nuestras manos una de las herramientas más potentes que existen.
Uno de los grandes olvidados en el microambiente de la salud y la enfermedad es el músculo:
La inactividad física que estamos viviendo en este momento, afecta a la homeostasis metabólica e influye en factores fundamentales como la capacidad contráctil del músculo, la flexibilidad metabólica, la resistencia a la insulina y la tolerancia a la glucosa.
Esta cascada de acontecimientos genera un microambiente inflamatorio que predispone al daño sistémico de nuestro organismo y la única manera de combatirlo es mediante el movimiento!
Por lo tanto, es esencial comprender y abordar la interacción entre el microambiente del
tumor para desarrollar estrategias terapéuticas más eficaces en la lucha contra el cáncer y el ejercicio físico es un gran aliado.
La fisioterapia oncológica puede intervenir en diferentes fases de la enfermedad:
3.1 Prevención:
La fisioterapia oncológica puede contribuir a la prevención del cáncer fomentando hábitos de vida saludables, como la actividad física regular, una dieta equilibrada, el control del peso, el abandono del tabaco y el alcohol... Estos hábitos pueden reducir el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer o hacer que reaparezcan después del tratamiento.
3.2 Tratamiento:
La fisioterapia oncológica puede colaborar y coordinarse con el tratamiento médico del cáncer mediante la aplicación de técnicas específicas en cada caso. Estas técnicas pueden incluir ejercicios terapéuticos, masajes, drenaje linfático manual… Los objetivos son aliviar el dolor, reducir la inflamación, mejorar la circulación sanguínea y linfática, prevenir o tratar el linfedema (acumulación de líquido en los tejidos), mantener o recuperar la movilidad de las articulaciones y la fuerza de los músculos, mejorar la fuerza y la movilidad, equilibrar la respiración, estimular el sistema nervioso y el sistema inmunológico, y favorecer el bienestar emocional.
3.3 Rehabilitación:
La fisioterapia oncológica puede facilitar la rehabilitación funcional y el retorno a las
actividades diarias de pacientes que han superado el cáncer o que conviven con él. Los
fisioterapeutas oncológicos podemos diseñar programas de ejercicio individualizados y
adaptados a las necesidades y objetivos de cada paciente. El ejercicio físico puede ayudar a prevenir o revertir los efectos secundarios del cáncer y el de los tratamientos para combatirlo, como por ejemplo la atrofia muscular, la osteoporosis, la neuropatía periférica (daño a los nervios), la función cardíaca o pulmonar, la fatiga crónica o el deterioro cognitivo. El ejercicio también puede mejorar la autoestima, la confianza, el estado de ánimo y la calidad de vida del paciente, algo indispensable en una enfermedad de este tipo y a veces de una duración bastante prolongada en el tiempo.
La fisioterapia oncológica es un aliado imprescindible para los pacientes con cáncer. Puede ofrecer una atención integral y personalizada que tenga en cuenta las características individuales de cada paciente, su tipo y estadio de cáncer, su tratamiento médico y sus expectativas. La fisioterapia oncológica puede trabajar en equipo con otros profesionales sanitarios para ofrecer una atención multidisciplinar que garantice una atención óptima y segura.
4. ¿En qué tipo de cáncer puede ayudar la fisioterapia oncológica?
Además de lo anteriormente expuesto, la fisioterapia oncológica tiene una aplicación
específica en algunos tipos de cáncer muy frecuentes: el cáncer de mama y el cáncer de
pulmón.
4.1 Cáncer de Mama:
La fisioterapia oncológica puede intervenir en las diferentes fases del cáncer de mama, desde el diagnóstico hasta el seguimiento. La fisioterapia oncológica puede ayudar a prevenir o tratar las secuelas derivadas de la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia o la hormonoterapia.
Estas secuelas pueden incluir el linfedema, la fibrosis, la adherencia cicatricial, la limitación del movimiento del hombro, la alteración de la sensibilidad, el dolor, la fatiga o la depresión
La fisioterapia oncológica también puede asesorar sobre el uso de prendas de ompresión, el cuidado de la piel, la higiene postural y el ejercicio físico adaptado.
El objetivo es mejorar la funcionalidad del brazo afectado, prevenir o reducir el edema,
mejorar la cicatrización, aliviar el dolor, mejorar la calidad de vida y favorecer la autoimagen y la autoestima.
¿Y porque es tan importante el ejercicio?
La capacidad cardiovascular en pacientes de cáncer de mama se ve alterada debido a la
toxicidad que producen las terapias. Muchos de los fármacos como por ejemplo las
antraciclinas producen cardiotoxicidad y empeoramiento de la capacidad funcional‼️
Se sabe que las pacientes poseen un 25% de menor consumo de oxígeno tras las terapias con respecto a las controles sedentarias “sanas”.
Una menor capacidad cardiovascular se asocia a mayor riesgo de muerte específica por cáncer, menor calidad de vida, menor independencia y otras complicaciones como aumento de poder sufrir un evento cardíaco!
Por eso la prescripción de un programa de ejercicio adaptado a cada condición es realmente importante.
4.2 Cáncer de pulmón:
La fisioterapia oncológica puede intervenir en las diferentes fases del cáncer de pulmón, desde el diagnóstico hasta el seguimiento. La fisioterapia oncológica puede ayudar a prevenir o tratar las secuelas derivadas de la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia o la inmunoterapia. Estas secuelas pueden incluir la disnea (dificultad para respirar), la tos, el expectoración, la atelectasia (colapso parcial o total del pulmón), la neumonía, el derrame pleural (acumulación de líquido en el espacio entre las capas que recubren los pulmones), el dolor torácico o la fatiga. La fisioterapia oncológica puede aplicar técnicas como los ejercicios respiratorios, las técnicas de higiene bronquial, las técnicas de relajación, los masajes, la electroterapia o la termoterapia. La fisioterapia oncológica también puede asesorar sobre el uso de dispositivos de ayuda respiratoria, el cuidado de la piel, la higiene postural y el ejercicio físico adaptado. El objetivo es mejorar la capacidad pulmonar, prevenir o eliminar las secreciones bronquiales, aliviar la disnea y el dolor, mejorar la calidad de vida y favorecer el bienestar emocional.
La fisioterapia oncológica puede mejorar la salud física y mental de los pacientes con cáncer y puede ayudar a los pacientes a afrontar mejor su enfermedad y a mejorar su calidad de vida.
En FISIOEKIN realizamos planes específicos y personalizados para cada paciente con el fin de mejorar su estado, paliar los efectos secundarios tanto de la enfermedad como de sus tratamientos y ayudar a mejorar su estado de ánimo. Consúltanos sin compromiso.
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